¿Si de darle continuidad al canto popular comprometido se trata, que mejor manera sino la de compartir escenario entre artistas de distintas generaciones?. ¿Que mejor manera de unir y ratificar el compromiso con la vida, con los sueños y las utopías sino diciéndole a la gente que hubo, hay y habrá artistas profundamente nobles que unieron sus destinos a los de su pueblo?
Por lo que vemos y sabemos a través de las carteleras y los propios espectáculos, éste arreglo ético está siendo confundido con "estrategia comercial" o recurso de "marketing". Pareciera que no es la continuidad ideológica de una lucha histórica la que provoca que artistas de (Foto: Mauricio Montero - Cbba 2003) dos generaciones preparen un recital y suban a un mismo escenario, sino sólo la necesidad de mantenerse vigentes, "utilizarse mutuamente" y convocar a "la mayor cantidad de público".
Un síntoma claro de dicho comportamiento es que es dichos recitales no se hace siquiera referencia al proceso por el que atraviesa Bolivia. Los “autocantores” (como los llama el Papirri para de alguna manera decir que son los que se cantan a si mismos) se dedican a cantarle al amor o la salud, al hambre o la mujer; otros se hacen los distraídos o los que observan con ojos críticos "los pasos del nuevo gobierno".
Y como en toda regla las excepciones son las que alientan, vaya nuestro abrazo para Cesar Junaro, Mauricio y Melisa (E2A). ¡¡Este es nuestro tiempo camaradas!! Que su recital sea abierto y franco; sin darle vueltas al lenguaje para no decir nada. Vale la pena vivir porque por mucho tiempo estuvimos muertos.
Por lo que vemos y sabemos a través de las carteleras y los propios espectáculos, éste arreglo ético está siendo confundido con "estrategia comercial" o recurso de "marketing". Pareciera que no es la continuidad ideológica de una lucha histórica la que provoca que artistas de (Foto: Mauricio Montero - Cbba 2003) dos generaciones preparen un recital y suban a un mismo escenario, sino sólo la necesidad de mantenerse vigentes, "utilizarse mutuamente" y convocar a "la mayor cantidad de público".
Un síntoma claro de dicho comportamiento es que es dichos recitales no se hace siquiera referencia al proceso por el que atraviesa Bolivia. Los “autocantores” (como los llama el Papirri para de alguna manera decir que son los que se cantan a si mismos) se dedican a cantarle al amor o la salud, al hambre o la mujer; otros se hacen los distraídos o los que observan con ojos críticos "los pasos del nuevo gobierno".
Y como en toda regla las excepciones son las que alientan, vaya nuestro abrazo para Cesar Junaro, Mauricio y Melisa (E2A). ¡¡Este es nuestro tiempo camaradas!! Que su recital sea abierto y franco; sin darle vueltas al lenguaje para no decir nada. Vale la pena vivir porque por mucho tiempo estuvimos muertos.