14 enero 2007

Poleras blancas, corazones pardos

El sitio exacto donde se desataron los mas bajos sentimientos es un bello lugar, lleno de césped y luz. Recorro esta geografía y todavía quedan rastros de sangre. Reviven en mi mente las imágenes que morbosamente transmite la TV glorificando la hazaña de los "defensores de la democracia".

Conscientes unos, relatan los detalles del "combate"; romper a cara a una mujer india o triturar los huesos de un anciano son cosa de juego de internet... nada más que eso... simple proceso de bestialización. ¿Dicen acaso las novias de estos "muchachos" que son mas tiernas las caricias con las manos ensangrentadas?

Otros -por suerte- despiertan de la mentira a través de la cual fueron arrastrados a convertirse en asesinos o cómplices de intereses que jamás serán los suyos. Padres avergonzados que quisieran quitar de los "suplementos extras" las fotos de sus hijos empuñando el bate de beisbol que buenamente fue el regalo de la navidad pasada con el deseo de ver a sus pequeños en las competencias deportivas... pero nunca para destrozar a una mujer que podría haber sido la abuela de la familia.. o simplemente un ser humano, con sueños, con ansias de vivir con dignidad... y... otra vez humillada...

Estos chicos cuyas fotos monopolizaron las páginas sociales, hoy se hacen presentes en las páginas rojas... en el papel de criminales. Fatal paradoja: poleras blancas, corazones pardos.

CONCLUSION: el tiempo que ahora nos toca vivir tiene la virtud de develar: las luchas sociales de antes enfrentaban al Estado con los movimientos sociales... en cristiano, los soldados, el ejército... tiraba a matar contra los transgresores, contra los inconformes... y el ejército estaba compuesto por pobres... En este tiempo son los propios "conservadores" y no su instrumento, los que deben mancharse las manos... y también constatar que ellos son mortales.