10 febrero 2007

¿VALE LA PENA . . . ?

Días atrás, un compañero ha insinuado cerrar estas páginas por falta de aportes. Solamente artículos suyos existen en los blogs que expresan ideas de nuestro colectivo. Las ideas extra-blog abundan y sin embargo el resto de nosotros no hace(mos) presencia con ellas en un espacio que en todo caso debe unirnos y fortalecernos. Ni siquiera nos comunica. ¿Es esta la idea de aportar desde nuestra posición?
¿Quienes somos? Es cierto que estamos en conflictos existenciales, familiares, ideológicos con nuestro medio clasemediero y con nosotros mismos. Pero no por eso no tenemos palabra. No por eso las ideas escapan. Eso no nos ha impedido "asombrarnos" ante los sucesos ni dejar de sentir los golpes que caían sobre nuestros hermanos esos días de violencia en Cochabamba. Es cierto, no somos campesinos y afirmarlo, más allá de exquisiteces conceptuales, es una mentira. Pero podemos identificarnos con ellos. Muchos dirán que somos clasemedieros renegados. Clasemedieros...sí. Y ahí lo dejamos. Y lo de renegados, qué vueltas darle? Qué más nos van a decir sin saber lo que dicen? Comunistas, troskos, indios... ¿Estos son insultos? Rabia, eso sí tengo yo. Pero no sólo.

Tantas cosas que decir, y tan poca práctica al decirlas. Y tanto miedo. Quizás como a esa chica que escribió acerca del cívico sentimiento "balluno", que pretende que la dignidad resida en unos jardines, alguien pueda deconstruir nuestras ideas y destruirnos, y aprovechar para insultarnos. ¿Tenemos ese miedo?
El 11 de Enero del año 2007 han golpeado brutalmente a nuestros hermanos, y nosotros teníamos miedo que nos insulten por internet! El miedo nos persigue y la inseguridad de escribir. Y eso que muchos tienen más práctica que la de escribir "nicks" para chatear y firmar tarjetas electrónicas!

¿Dónde estamos? ¿Qué papel pretendemos jugar? No nos desliguemos del compromiso que consiste también en aprovechar las herramientas que tenemos y que otros hermanos no utilizan. La libertad tiene muchos frentes. ¿Qué hacemos con nuestra indignación, y con nuestra fuerza?
Compañeros, conozcámonos. Reconozcámonos y unámonos como una identidad quizá nueva.
Con tiempo para las palabras y tiempo para caminar... porque VALE LA PENA VIVIR