Hace muchisimos años, allá en el Alto de La Paz, emprendimos por los caminos del arte. Fuimos parte del Cafe Arte Cultura, el CPAC y camarada del Waqui Cajías; fuimos parte del nacimiento, pasión y muerte del Grupo Juvenil Cultural de la Parroquia Pio X, el grupo Huella y Canto y el Teatro El Agujón; le dimos vida al periodico mural La Ventana... De ese tiempo y en ese entonces, nacio la cueca "vale la pena vivir" ... entre 1978 y 1987.
Podrán o no creer los amables lectores, pero esta inmensa historia se la escribió con solo las voluntades de los que nos habíamos comprado semejante desafío.
Al cabo de esa primera e intensa etapa, nos sumergimos en el mundo real... en el mundo laboral. Luego -el año 2002, ya en Cochabamba y con una segunda generación por compañía, nos fuimos al reencuentro con nosotros... a través de los títeres, creando Elwaky. Con la intención de demostrarnos que era posible vivir de y para el arte, exploramos nuevas maneras de lograr el reconocimiento de la sociedad... no solo moral, sino tambien efectivo... y todavía estamos vivos.
El 2003 se dio nacimiento a Quimbando... por impulso propio pero también por la necesidad de ofrecer una propuesta integral a la sociedad que comenzaba a reconocernos. Ese mismo año nos hicimos parte de compa y esa relación nos dio la posibilidad de darle cuerpo a las propuestas en teatro y tambores.
El arte en esta nueva etapa nos permitió recorrer el país de uno atro confin, en el privilegiado pero tambien delicado papel de provocar y proponer; de mostrar la vida desde otros ángulos; intentando mirar con los ojos del otro, sentir con el corazón del otro.
Desde finales del 2006, hemos emprendido nuevamente vuelo propio, cobijados bajo el nombre de Colectivo Katari... porque queremos ser parte de la profesía que parece cumplirse; creemos ser parte de los millones en los que vuelve Katari.
Podrán o no creer los amables lectores, pero esta inmensa historia se la escribió con solo las voluntades de los que nos habíamos comprado semejante desafío.
Al cabo de esa primera e intensa etapa, nos sumergimos en el mundo real... en el mundo laboral. Luego -el año 2002, ya en Cochabamba y con una segunda generación por compañía, nos fuimos al reencuentro con nosotros... a través de los títeres, creando Elwaky. Con la intención de demostrarnos que era posible vivir de y para el arte, exploramos nuevas maneras de lograr el reconocimiento de la sociedad... no solo moral, sino tambien efectivo... y todavía estamos vivos.
El 2003 se dio nacimiento a Quimbando... por impulso propio pero también por la necesidad de ofrecer una propuesta integral a la sociedad que comenzaba a reconocernos. Ese mismo año nos hicimos parte de compa y esa relación nos dio la posibilidad de darle cuerpo a las propuestas en teatro y tambores.
El arte en esta nueva etapa nos permitió recorrer el país de uno atro confin, en el privilegiado pero tambien delicado papel de provocar y proponer; de mostrar la vida desde otros ángulos; intentando mirar con los ojos del otro, sentir con el corazón del otro.
Desde finales del 2006, hemos emprendido nuevamente vuelo propio, cobijados bajo el nombre de Colectivo Katari... porque queremos ser parte de la profesía que parece cumplirse; creemos ser parte de los millones en los que vuelve Katari.
